No vengo a darles clases de Marketing pero algo sí les puedo decir: todo aquél que dice “quiero que volvamos esto viral” es un reverendo idiota. Viral no es pedirle a mucha gente que vea tu video. Ni pagar carísimos banners para sorprender a los inocentes con pop-ups. Tampoco es forwardearselo a todos tus conocidos famosos ni contratar un miles de bots, querido Enrique Peña.
El problema principal radica en esos que creen que el internet es como la televisión – y si tienes un chingo de dinero puedes tener un chingo de reach. A esos, les han prometido la utopía del mundo digital como un lugar en donde es “más fácil y más barato llegarle a la gente”. Aplaudo #TwitterGate por demostrar que cuando basura entra, basura sale. Aplaudo #ChingasATuMadrePeña por demostrar que funciona más cuando se cree en algo que cuando se paga por algo.
Y así es la linda web, en donde las cosas buenas resaltan solitas. En donde hay libertad de expresión y una transparencia infinita derivada de la eliminación de los intermediarios – imagínense a Zabludovsky publicando videos del soborno al voto.
Así que mi entera admiración a todos esos que revolucionan al mundo sin invertirle un peso. Porque las cosas virales nacen de corazonadas, no de requisitos dentro del brief.
Los dejo con este artículo relacionado al tema: