El poder de una muestra gratis

05/28/2012 12:23 am

Muy rara vez uso crema para la cara. Gran parte de mi vida usaba la misma que en el cuerpo. Hasta hace poco compré una especial y fue sólo porque me convencieron que con el sol panameño debía usar tantito bloqueador. Nunca tuve problemas de acné ni granitos y creo que tampoco tengo ni una arruga. Un par de pecas, sí, pero así como en el resto de mi cuerpo.

Para cualquier comercial, revista, demostradora en tienda o banner electrónico yo sería aquella consumidora imposible de convencer. ¿Gastarme dinerales en una crema? ¿Por? ¿Qué no todo es genética?

El lunes me llegaron un par de paquetes de Amazon y dentro unas muestras de “Guinot”. Así nomás. Sin flyer ni “sampling device”. Nada que me dijera de dónde eran ni pa qué servían, sólo la comunicación del empaque. Decidí probarlas en la noche. Lo primero que noté es que olía rico, fresco. Al ponérmela se sentía ligerita y se absorbió muy rápido – algo importante para mi que odio que dejen una capa resbalosa. Y así llevo ya casi una semana. Hoy se me terminó la primera muestra y corrí a buscar si la vendían en Amazon, sólo para enterarme que es una marca carísima de París.

Oh sorpresa, pawichiz. Tú y tu poco conocimiento cosmético cayeron en la trampa del muestreo.

Y así es como ahora me encuentro pasando de comprar marcas de suermercado a ordenar onzas de vanidad por correo.

 

 

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