no sólo yo me tengo que adaptar…

12/27/2010 11:07 pm

Para tener a Dominga se juntaron varias razones: el vivir sola y querer compañía, lo mucho que me gustan los animales, el tener un “proyecto” al cual echarle ganas, una razón de carne y hueso para salirme más temprano de la oficina…

Desde que pensé en Dominga sabía que Panamá era una posibilidad y desde que pensé en Panamá pensé en tener a una Dominga. Si tener a un perro en mi depa en México iba a ser increíble yo pensaba que en la playa sería aún mejor.

Oh sorpresa.

Por supuesto que yo estoy felíz con su compañía y ella va a estar más cómoda en éste depa pues es del triple del tamaño. Sin embargo hay varios temas que no esperaba y están costando trabajo.

El primero y más asquerosamente aterrorizante: las garrapatas. Por la humedad y la vegetación, Panamá está infestado con éstos bichos. Todos los dueños de perros están acostumbrados a tenerle que quitar un par de animalejos chupa-sangre a sus mascotas un par de veces al mes. Ésto no sólo me causa muchísimo asco sino también preocupación pues las garrapatas incuban en tu casa y les transmiten muchas enfermedades. Quiero que Dominga pueda llevar su vida lo más normal posible y no estar encerrada todo el día en el departamento, así que me he dedicado a protegerla al máximo. Una vez al mes le pongo una ampolleta que se va a su sangre, el shampoo tiene garrapaticida, trae collar anti-garrapatas y antes de salir le pongo un liquidito en sus patitas. Más vale prevenir que lamentar…

Segundo: llueve demasiado. En lo que llevamos aquí ha llovido el 90% de los días… lo cual no sólo nos deja sin salir a caminar, sino que también cuando pasa la lluvia las calles están tan mojadas que namas se moja todita y hay que bañarla regresando pues trae lodo hasta en las orejas.

Tercero: banquetas inexistentes. En México salíamos 1 o 2 veces al día a caminar. Yo vivía en una colonia tranquila, con vecinos que manejaban despacio y banquetas anchas en las que no corríamos peligro de terminar como calcomanías. Acá es todo lo contrario. Si no te empapan con un charco, pasan a toda velocidad o te tocan el claxon. No se fomenta ni existe la cultura peatonal. Salir a dar un paseo termina siendo extremadamente estresante..

Cuarto, el calor. Le está costando mucho más trabajo de lo que pensé. Ahora su lugar favorito para echarse a tomar una siesta es en frente del ventilador. Duerme más que nunca y está algo aletargada… dice el veterinario que todo es producto del clima. No se si raparla o dejar que solita se vaya acostumbrando… creo que sólo el tiempo nos dirá.

Quinta, mi próxima carga de trabajo. En México yo era muy dueña de mi tiempo. Mis citas principalmente eran con proveedores y clientes internos, por lo que yo podía poner el horario que quisiera para juntas y reuniones importantes. Ahora trabajo con pura gente dentro de la oficina y en su mayoría workaholics… Yo lo soy, también, pero prefiero muchas veces trabajar desde mi casa: me concentro más y así estoy con la nena. Así que tendré que ser extremadamente clara desde las primeras semanas y decirles que si quieren tiempo presencial será antes de las 6 de la tarde pues después me esperan en mi casa…

Así que pues ahí vamos. En una semana ya tendré que ir a la oficina y eso me asusta bastante. Espero que nos adaptemos pronto y Dominga me tenga paciencia…

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